jueves, 17 de abril de 2008

Primavera

Ya llegó la primavera.
Ya tengo novio (fijaos en que no he puesto comillas).
Tengo un amigo/compañero que me pone muchísimo (este no es mi novio)
Y pronto vuelvo a casa. Todo empieza a volver a su sitio o por lo menos vuelve mi normalidad.

Lo de la primavera es obvio.
Mi novio es de los de las dos llamadas cada día, sms antes de dormir y vernos el fin de semana completo. Lo raro es que no se me ha encendido la luz del miedo al compromiso, ni la luz de alerta por alguna rareza extraña (adicciones, deudas, mujer…), con tanta luz parezco un cuadro de mandos de un avión. El caso es que lo llevo bastante bien y me extraña.


También me extraña la sensación de “no espera”, no me tiene esperando una llamada, una palabra, un gesto. No es perjudicial para la salud y no me mantiene en vilo.

Creo que piensa que no he roto un plato en mi vida y ya que por una vez un hombre así mantiene mi atención durante tiempo, no le voy a sacar de la ignorancia.

Pero como la normalidad nunca es fácil, viene a complicarme un poco la vida un compañero que me hace reír, es tan mono, tanto, que si surgiera la ocasión me dejaría llevar (que conste que la ocasión la he evitado un par de veces)

Y sobretodo pronto volveré a casa.