martes, 5 de febrero de 2008

Historias fantásticas

Soy como muchas mujeres actuales, me identifico con Sexo en Nueva York, con Bridget Jones y desde luego con esos libros verdes de Marian Keyes.
Tengo un trabajo de esos de libro que me obliga a pasar el invierno (y aun no sé si la primavera) lejos de mi casa, en una ciudad que no es la mía.
Correr por aeropuerto con la maleta y el portátil es algo habitual, he cambiado las conversaciones ajenas del tren por las conversaciones ajenas en el avión y puedo asegurar que son igual de curiosas.
Comparto apartamento con una compañera que pone pañuelos de papel al colgar la ropa para que la tela no esté en contacto con la percha (¿??!!! Ya!!!, muy curioso!!!), nos dedicamos a hacernos pequeñas putaditas, se bebe mi café, la leche va cambiando de sitio, escondemos comida, alargamos el tiempo en la ducha… No sabe con quien se está metiendo. (Sonrisa perversa)
Si la realidad fuese como uno de esos libros al final nos haríamos amigas porque nos daríamos cuenta de que no somos tan distintas.
En esos libros ella me ayudaría a superar la historia de algún tío cabroncete y haría que me diese cuenta de quien me conviene realmente (sí, yo soy la prota que para eso es mi libro).
Eso no va a pasar, somos muy distintas, no seremos amigas y no hay ningún tío cabroncete porque estoy hibernando.

domingo, 3 de febrero de 2008

Hibernando

Llevo una temporadita hibernando.
Mis últimas relaciones (esporádicas o no) fueron muy seguidas, se enlazaban, incluso se superponían, he acabado saturada de hombres.
Hubo un momento en que me vi en el mismo sitio, la misma conversación (algún viaje exótico, que hay que ver lo que viaja la gente!!) y distinta cara masculina. Mi cansancio coincide con el invierno, que normalmente me afecta y no positivamente. Así que espero la primavera concentrada en otras cosas.