Tengo nuevo “novio”!
Lo que me gusta esa frase y lo de facilillos que están los tíos últimamente.
martes, 25 de septiembre de 2007
sábado, 15 de septiembre de 2007
Maniobras
Últimamente tengo una temporada “activa” en el tema de las relaciones. No me refiero al sexo, entro, salgo...me entretengo.
Es difícil encontrar a alguien que tenga una visión parecida del mundo de la pareja.
Creo que podría dividir a mis “actividades” en dos grupos, gente se marca objetivos a corto plazo, si es sexo y a corto plazo (también con urgencia), si es novia “pa” casarse.
Actúan en consecuencia.
Él del sexo irá poniendo límites más o menos sutilmente (más bien menos). Te dejará claro que no quiere nada más y que es una relación sin promesas, con mucho espacio y mucho tiempo libre. Mi tolerancia y comprensión (cada vez las veo más como un defecto mío que como una virtud) me hace respetar ese espacio, sobretodo porque es fácil no tener que exigir el mío.
Hay mujeres (del segundo grupo) que son capaces de cambiar el rumbo de estas relaciones. Se ríen de los límites, dan por supuestas las promesas y no les importa parecer unas histéricas cada vez que pasan dos días sin una llamada. Supongo que el tío que sólo quería sexo y una relación fácil de llevar (sólo te llamo cuando me pica) acaba entrando al trapo por evitar los cabreos con la chica.
El segundo grupo son los de la novia “pa” casarse. Ya lo he dicho muchas veces, estos son los que me hacen salir corriendo. Estos no te ponen límites, se comen los tuyos, tu espacio, tu tiempo y no hacen falta las promesas porque las dan por supuestas.
Y se ve que luego estoy yo (y alguna más), que no veo el futuro más allá de dos semanas, que no sé antes de empezar una relación si quiero compromiso o no. Que mis objetivos los limito a mi profesión no a mis relaciones. Que no quiero que me prometan nada porque hace tiempo que no necesito promesas, y si lo hacen no las creo. Que valoro la naturalidad por encima de las estrategias y que soy consciente de las maniobras de la gente, las veo con claridad pero soy incapaz de reproducir.
Es difícil encontrar a alguien que tenga una visión parecida del mundo de la pareja.
Creo que podría dividir a mis “actividades” en dos grupos, gente se marca objetivos a corto plazo, si es sexo y a corto plazo (también con urgencia), si es novia “pa” casarse.
Actúan en consecuencia.
Él del sexo irá poniendo límites más o menos sutilmente (más bien menos). Te dejará claro que no quiere nada más y que es una relación sin promesas, con mucho espacio y mucho tiempo libre. Mi tolerancia y comprensión (cada vez las veo más como un defecto mío que como una virtud) me hace respetar ese espacio, sobretodo porque es fácil no tener que exigir el mío.
Hay mujeres (del segundo grupo) que son capaces de cambiar el rumbo de estas relaciones. Se ríen de los límites, dan por supuestas las promesas y no les importa parecer unas histéricas cada vez que pasan dos días sin una llamada. Supongo que el tío que sólo quería sexo y una relación fácil de llevar (sólo te llamo cuando me pica) acaba entrando al trapo por evitar los cabreos con la chica.
El segundo grupo son los de la novia “pa” casarse. Ya lo he dicho muchas veces, estos son los que me hacen salir corriendo. Estos no te ponen límites, se comen los tuyos, tu espacio, tu tiempo y no hacen falta las promesas porque las dan por supuestas.
Y se ve que luego estoy yo (y alguna más), que no veo el futuro más allá de dos semanas, que no sé antes de empezar una relación si quiero compromiso o no. Que mis objetivos los limito a mi profesión no a mis relaciones. Que no quiero que me prometan nada porque hace tiempo que no necesito promesas, y si lo hacen no las creo. Que valoro la naturalidad por encima de las estrategias y que soy consciente de las maniobras de la gente, las veo con claridad pero soy incapaz de reproducir.
viernes, 7 de septiembre de 2007
Perfiles
Llamémosle Juan. Es un perfil.
Juan es aquel que cuando le tocó decidir que estudiar eligió lo que le convenía (más sueldo, más posición) en vez de lo que le gustaba.
Juan dejó muchas mujeres por el camino, alguna le gustaba de verdad pero cuando tocó decidir escogió a una mujer de “verdad” (dulce, femenina, mona, dependiente, con objetivos: casarse y tener niños).
Entre los treinta y cuarenta (siento mi desconocimiento sobre el margen superior) se ve esclavizado en un trabajo que no le gusta pero que con suerte gana pasta.
Se ve casado con una señora gorda que aparenta diez años más que él y nada tiene que ver con la niña mona que llevaba al cine. Una señora que de lo único que sabe hablar es del yogurt de los niños y su actividad favorita es criticar a la que falta en la puerta del colegio.
A Juan no le gusta su vida, no le gusta su señora (que es una desconocida familiar), ni su trabajo. Se ve como un actor secundario en su propia vida.
Intenta rellenar sus huecos con el coche, el apartamento en la playa, las vacaciones familiares y todo lo que se puede follar por ahí.
Juan es aquel que cuando le tocó decidir que estudiar eligió lo que le convenía (más sueldo, más posición) en vez de lo que le gustaba.
Juan dejó muchas mujeres por el camino, alguna le gustaba de verdad pero cuando tocó decidir escogió a una mujer de “verdad” (dulce, femenina, mona, dependiente, con objetivos: casarse y tener niños).
Entre los treinta y cuarenta (siento mi desconocimiento sobre el margen superior) se ve esclavizado en un trabajo que no le gusta pero que con suerte gana pasta.
Se ve casado con una señora gorda que aparenta diez años más que él y nada tiene que ver con la niña mona que llevaba al cine. Una señora que de lo único que sabe hablar es del yogurt de los niños y su actividad favorita es criticar a la que falta en la puerta del colegio.
A Juan no le gusta su vida, no le gusta su señora (que es una desconocida familiar), ni su trabajo. Se ve como un actor secundario en su propia vida.
Intenta rellenar sus huecos con el coche, el apartamento en la playa, las vacaciones familiares y todo lo que se puede follar por ahí.
martes, 4 de septiembre de 2007
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