lunes, 12 de mayo de 2008

Seguimos con la primavera

Giro brusco en mi realidad, será la primavera.
Estoy "encoñá", "pillada"... tengo esa cosa en el estómago que te hace sentir tan bien, voy con la sonrisa de idiota por la calle y seguro que llevo una dosis enorme en el cuerpo de todas esas sustancias y hormonas que se segregan cuando se está enamorada.
Si este blog fuera una peli sería el momento de poner el "The End" feliz. Todo eso lo produce mi compañero, el que me hace reír. No lo planeé pero ha salido así y la verdad, hacia mucho tiempo que no estaba tan bien.
Cambié de novio, si es que eso de que no se encienda ninguna luz no puede ser bueno, demasiado correcto.

jueves, 17 de abril de 2008

Primavera

Ya llegó la primavera.
Ya tengo novio (fijaos en que no he puesto comillas).
Tengo un amigo/compañero que me pone muchísimo (este no es mi novio)
Y pronto vuelvo a casa. Todo empieza a volver a su sitio o por lo menos vuelve mi normalidad.

Lo de la primavera es obvio.
Mi novio es de los de las dos llamadas cada día, sms antes de dormir y vernos el fin de semana completo. Lo raro es que no se me ha encendido la luz del miedo al compromiso, ni la luz de alerta por alguna rareza extraña (adicciones, deudas, mujer…), con tanta luz parezco un cuadro de mandos de un avión. El caso es que lo llevo bastante bien y me extraña.


También me extraña la sensación de “no espera”, no me tiene esperando una llamada, una palabra, un gesto. No es perjudicial para la salud y no me mantiene en vilo.

Creo que piensa que no he roto un plato en mi vida y ya que por una vez un hombre así mantiene mi atención durante tiempo, no le voy a sacar de la ignorancia.

Pero como la normalidad nunca es fácil, viene a complicarme un poco la vida un compañero que me hace reír, es tan mono, tanto, que si surgiera la ocasión me dejaría llevar (que conste que la ocasión la he evitado un par de veces)

Y sobretodo pronto volveré a casa.

domingo, 16 de marzo de 2008

Decepciones

Aunque sé que no tardará, la primavera no ha llegado aún, sigo hibernando. Mi mente sigue ocupada en otras cosas que no son los hombres.
Sigo muy liada con mi trabajo, aún viviendo en una ciudad que no es la mía, en una casa que no es la mía y aún conviviendo con mi compañera con la que sigo llevándome más mal que bien y la que se ha convertido en el objeto de mis análisis.
Mi compañera también esta desplazada pero a diferencia de mi (yo sólo venía por cosas de trabajo y temporalmente) ella venía con unas expectativas enormes. Ella venía a cambiar su vida, a vivir aventuras en la gran ciudad, a correr en tacones cargada con bolsas de papel llenas de ropa, a ir al teatro o musicales y a ser una elegante ejecutiva con traje chaqueta a la que invitan a convenciones y conferencias.
Ella no pensaba estar sola, contaba con un par de amigos, uno de ellos tiene novia y no tiene tiempo para ella, sólo se han visto una vez. Otro (un ex compañero y ex rollo mío, no sé si preocuparme, empiezo a tener ex por todas partes), pasa de ella muchísimo y ni siquiera se han visto.
Así que la veo triste, está sola, echa de menos su casa, su familia. La ciudad no está siendo amable con ella, no le llega la pasta para cargarse de bolsas y si quiere ir al teatro no tiene con quien ir.
Es lo que tiene la vida, nunca viene lo que esperas, así que lo mejor es no esperar nada y disfrutar lo que llega.

martes, 5 de febrero de 2008

Historias fantásticas

Soy como muchas mujeres actuales, me identifico con Sexo en Nueva York, con Bridget Jones y desde luego con esos libros verdes de Marian Keyes.
Tengo un trabajo de esos de libro que me obliga a pasar el invierno (y aun no sé si la primavera) lejos de mi casa, en una ciudad que no es la mía.
Correr por aeropuerto con la maleta y el portátil es algo habitual, he cambiado las conversaciones ajenas del tren por las conversaciones ajenas en el avión y puedo asegurar que son igual de curiosas.
Comparto apartamento con una compañera que pone pañuelos de papel al colgar la ropa para que la tela no esté en contacto con la percha (¿??!!! Ya!!!, muy curioso!!!), nos dedicamos a hacernos pequeñas putaditas, se bebe mi café, la leche va cambiando de sitio, escondemos comida, alargamos el tiempo en la ducha… No sabe con quien se está metiendo. (Sonrisa perversa)
Si la realidad fuese como uno de esos libros al final nos haríamos amigas porque nos daríamos cuenta de que no somos tan distintas.
En esos libros ella me ayudaría a superar la historia de algún tío cabroncete y haría que me diese cuenta de quien me conviene realmente (sí, yo soy la prota que para eso es mi libro).
Eso no va a pasar, somos muy distintas, no seremos amigas y no hay ningún tío cabroncete porque estoy hibernando.

domingo, 3 de febrero de 2008

Hibernando

Llevo una temporadita hibernando.
Mis últimas relaciones (esporádicas o no) fueron muy seguidas, se enlazaban, incluso se superponían, he acabado saturada de hombres.
Hubo un momento en que me vi en el mismo sitio, la misma conversación (algún viaje exótico, que hay que ver lo que viaja la gente!!) y distinta cara masculina. Mi cansancio coincide con el invierno, que normalmente me afecta y no positivamente. Así que espero la primavera concentrada en otras cosas.